Por Ángel Guerra Cabrera
La
afirmación del director de la CIA Mike Pompeo, de que “trabaja” con los
gobiernos de México y Colombia para asegurar una “transición” en
Venezuela, clásico eufemismo para designar el derrocamiento de un
gobierno legítimo, no debiera sorprender. Es largo y sangriento el
historial de golpes de Estado de la CIA contra gobiernos
democráticamente electos que intentaron hacer una política de soberanía
nacional y justicia social, como los de Jacobo Arbenz en Guatemala(1954)
y Salvador Allende en Chile(1973), por sólo mencionar dos ejemplos
paradigmáticos. Pompeo, integrante del Tea Party(ultraderecha del
Partido Republicano) agregó que estuvo recientemente en la Ciudad de
México y en Bogotá para “ayudarlos … a comprender lo que pueden hacer
para lograr un mejor resultado para su parte del mundo y nuestra parte
…” A confesión de parte, relevo de pruebas.
Ninguno
de los dos gobiernos ha desmentido haberse reunido con Pompeo para
discutir el tema de Venezuela. Se han limitado a negar de forma
abstracta que interfieran en los asuntos internos de ese país. Pero
resulta un oxímoron que los líderes, de los dos gobiernos neoliberales
de América Latina más estrechamente aliados a Estados Unidos, reciban en
estos tiempos al director de la CIA si no es para hablar sobre el
derrocamiento del gobierno constitucional de Venezuela.
La fobia
de Washington hacia el proyecto bolivariano del siglo XXI es harto
conocida desde que su fundador y líder Hugo Chávez llegó a la
presidencia en 1999. George W. Bush apoyó el derrotado golpe de Estado
de abril de 2002 y desde entonces el rastro del intervencionismo yanqui
en la patria de Bolívar sale a cada paso. Caracas ha debido expulsar a
un embajador y a numerosos diplomáticos de ese país y los cables
revelados por Wikyleaks confirman su descarada injerencia en Venezuela.
Obama emitió el ridículo decreto que la declara un “grave peligro” para
la seguridad nacional de Estados Unidos y la actitud del gobierno de
Trump ha sido aún más hostil. Groseramente intervencionista, ha llegado
al extremo de amenazar con “duras y rápidas sanciones” al gobierno de
Maduro si no suspende la celebración de las elecciones para la Asamblea
Nacional Constituyente(ANC) y pone como ejemplo de práctica democrática
el fraudulento plebiscito opositor del 16 de julio. Ya no se pudo
esperar a esa fecha y dictó sanciones contra 13 altos funcionarios
venezolanos.
La
versión de los acontecimientos políticos en Venezuela que ofrecen los
medios dominantes capitaneados por CNN es totalmente propagandística y
ajena a los hechos reales. Un ejemplo muy cercano fue la manipulación de
una foto tomada a una multitud chavista en el simulacro de elección a
la ANC también celebrado el 16 de julio. El colonialista diario español El País la publicó y dijo que se trataba de chavistas votando ¡en el plebiscito de la oposición!
Y es que
el proceso constituyente enfrenta los planes estadunidenses de guerra
contra Venezuela y ha galvanizados al chavismo, sujeto revolucionario
ejemplar de recia estirpe antimperialista, a los sectores populares
donde hay disgusto con el desabastecimiento y las colas pero que no
quieren deslizar el país al caos y tampoco la vuelva a la cuarta
república. En pocas palabras, la contrarrevolución no ha ganado apoyo en
el pueblo ni en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que ha dado una
contundente prueba de apoyo al proceso constituyente.
Como ha
dicho la periodista Carola Chávez: si la opositora MUD dice que el
chavismo ya no existe por qué está tan ocupada pidiendo al pueblo que no
vaya a votar el 30 de julio. Añado, en apoyo a Carola que, a la vez,
los terroristas de la oposición lanzan cocteles Molotov contra los
centros de votación a donde el sábado acudirán millones de venezolanos a
elegir sus delegados a la ANC. Luis Hernández Navarro ha bautizado con
exactitud a los incendiarios como “aprendices tropicales de ISIS”. El
diario estadunidense Chicago Tribune es el primero estadunidense en calificarlos de bandidos. La verdad se abrirá paso.
Caracas y
toda Venezuela, salvo por lugares muy focalizados, están en calma me
informan amigas y amigos venezolanos desde distintos lugares del país.
Presiento una gran derrota para la oposición y el imperialismo en la
elección del 30; no en balde han hecho tanto por deslegitimarla e
impedirla. Almagro recibió ayer su tercera pateadura en la OEA. Parece
el preámbulo de nuevas victorias chavistas. ¿Hora cero? Será para la
contrarrevolución.
Twitter:@aguerraguerra